Pues eso… que ayer miércoles 17 a las 7.45 de la mañana, hora española, dejó este mundo físico Manuel Cerdera Ruíz, que en paz descanse.

Manuel tenía 78 años, que cumplió el pasado 7 de junio. Ese día estaba “malillo” ya que tuvo un derrame y se quedó como si no estuviera, ya que no reconocía a nadie, no hablaba, pero estaba, y tanto estaba y quería estar que poco a poco fue recuperándose y aunque últimamente no estaba al 100% como lo estuvo antes, ya se le veía otra actitud. Y lo que siempre mostraba y es con lo que casi todos nos quedaremos es su sonrisa, no recuerdo haberlo visto nunca enfadado ni triste, algo que se puede apreciar en las últimas fotos que tengo de él, fotos tomadas en la cocina de su casa y en la que está (como de costumbre) junto a Carmen, su mujer, que siempre ha estado a su lado.

Estas fotos las tomé el pasado 20 de noviembre de 2009 a las 14.42.

Recuerdo la primera vez que tuve que “enfrentarme” a Manuel, que fue por el año 1977 cuando fui a pedirle la mano de su hija, sí, como lo lees, esas cosas casi que ya ni se hacían, pero como por esas fechas ya estábamos saliendo Mari Carmen y yo, y un servidor ni se había presentado en su casa, lo más cerca era casi en la esquina, así que… si quería seguir saliendo con ella, tendía que ponerme delante del padre y pedirle “formalmente” que quería salir con su hija.

Por esas fechas Manolo estaba “encamado”, ya que tuvo un accidente y eso condicionó su vida a tener que depender siempre de alguien y pasarse más tiempo tumbado que haciendo otras actividades, pero eso ahora no viene al caso, y cuando yo entré (solo me dejaron) lo primero que me soltó es: como dice la canción: “porque la gente vive criticando…”, sí, me cantó el estribillo de la canción Mi cafetal en la versión de Georgie Dann, fue su forma de decirme que lo de “autorizarme” a salir con su hija era para que el resto de la gente (particularmente las vecinas) no tuviera que hablar de nosotros porque ella llegaba con un hombre y seguramente no iríamos siempre cogidos de la mano…
Hay que tener en cuenta que en el año 1977 no existían los programas del corazón y la gente “necesitaba” algún tema del que poder cotillear… hoy en día, a pesar de que estamos infectados de programas del corazón, la gente sigue asomándose por las persianas y cortinas para ver quién se acerca y cómo se acerca… lo que pasa es que ahora como que da más igual que te vean o que hablen… ¡por suerte!

¡Manolo que lo pases bien allí donde estés!