Y llegó la Navidad, el día 25… y hoy… poco tengo que contarte.

Aprovechando que no había prevista mucha actividad, pues… ¡a levantarse tarde! Sí, a las 10.30.

Hoy día 25 todo estaría cerrado, incluso los despachos de pan… por suerte la pastelería Ortiz abre (no se si los que trabajan allí opinarán lo mismo, un día de estos le preguntaré a Serena) y allí compré el pan, lo que no pude comprar son los churros, que salvo los “churros congelados” no hay nada más que conseguir, así que… mejor descansar de churros.

Lo bueno de este día, al menos cuando fui a por el pan, es que no había casi nadie en la calle, sobre todo no había coches ni motos. Bueno, haber si había, pero casi como si no hubiera, que lo mismo en toda la calle San Miguel (la de la Ermita) no apareció ni un coche hasta que llegué al final (a la Plaza de Cantarero).

Eso sí, cuando iba por calle La Cruz camino de calle Angustias (para ver si estaba abierto las 4 esquinas que allí también hacen churros) llevaba delante mía un coche, que el hombre no tenía ninguna prisa, pero es que además iba ocupando la calle de forma que ni por babor ni por estribor lo podía adelantar (no me preguntes qué es babo ni qué es estribor, que nunca me aclaro). La cuestión es que fui detrás del coche (que iba muuuuy lento) hasta prácticamente el bar ese… que estaba cerrado a cal y canto… así que… tanta “espera” para no conseguir los churros buscados… Pero bueno… algún día había que descansar de churros, jejeje.

Y después del cafelito nos fuimos a dar una vuelta por la Torrecilla y el Playazo, que Mari Carmen no había visto como estaba todo aquello.

Todo este rato había estado sin llover, pero fue casi cuando ya estábamos llegando a la parte esa donde nos ponemos a estirar (después de dar la vuelta por el puente de la fábrica) se puso a “chispear”, menos mal que llevamos un paraguas… al llegar al final del paseo del río vimos en la otra parte a Mari Ángeles y a Ángel, que también estarían dando una vueltecilla.

Arropaicos con la sombrilla nos fuimos a mi casa, a esperar a que escampara antes de irnos para Curro.

Y como no escampaba me puse a hacer unos cambios en un programilla y así aprovechar “el parón”. Llevaba un día y pico revisando el código y por fin encontré el fallo, lo arreglé, copié el código en el ordenador (estaba trabajando en una máquina virtual) y prácticamente cuando terminé de copiarlo ya había parado de llover, así que…¡vamos que nos vamos! que como nos descuidemos se pone a llover.

Y ha seguido lloviendo toda la tarde… y yo he aprovechado para ver (en Cuatro) el final de Monstruos S.A. y después, ver E.T al completo (sí me quedé viéndola ¿pasa algo? pues eso… jejeje). En realidad, lo mejor de todo no fue que yo la viera, sino que me dejaran verla, jejeje, que eso es más complicado.

Y más tarde, después de jugar más de dos horas al Scrabble, estuve viendo otra peli más de dibujos animados, esta vez en la 1 de TVE y es la del pingüino ese bailarín…

Y ya… a escribir las crónicas de los días 24 y 25… que si no, se me acumula el trabajo 😉

Y mañana… a ver qué tiempo hace… que aunque haga bueno, de excursiones descansamos hasta después de Reyes… a ver qué tal se porta el día…

Nos vemos.

Guillermo

Terminado de escribir en la madrugada del sábado 26 (01.58) pero publicado con fecha del viernes 25 a las 22.30